Cada ciudad por la que uno pasa es una experiencia diferente. Cada uno la vive a su manera, a su propio estilo, dependiendo de las personas que se cruce, los lugares que se visiten e incluso los días o las horas que se pasen en ella. Mi viaje a Barcelona no fue para nada planeado, estaba desde hace una semana en Madrid y pasaría directamente a Lyon (Francia) para visitar a una amiga. Estando tan cerca me dije -¿Por qué no?-
Tomé el primer bus nocturno y unas siete u ocho horas después, estaba entrando en Barcelona. Sin un plan fijo y sin ni siquiera alojamiento seguro (no pude encontrar Couchsurfing con tan poco tiempo de anticipación así que llevaba en mi agenda varios nombres e indicaciones de hostales por si acaso) ahí estaba yo con mi espíritu de aventurera, más del que podía caber en la mochila.
Desde un principio me sentí parte de esta ciudad ¿y cómo no? ¿Cómo no sentirte parte de algo que ya habías soñado y que tantas veces te habías imaginado? ¿Qué podía hacer en una ciudad que lo tiene casi todo y con tan sólo 24 horas? Intentando describir mí día cualquiera en Barcelona, sería más o menos así:
Llego temprano en la mañana en un bus de la empresa ASAS desde Madrid, en la estación de metro pido un plano de la ciudad y me dirijo a mi primer objetivo: Conocer el Mar Mediterráneo
-¿Qué tiene un mar que no tenga otro? ¿La arena? ¿El agua? ¿O tal vez sea el sueño de conocerlo?-
Ahí estaba frente a mí, se veía mucho mejor que en mi clase de geografía.
Una hora mirándolo, contemplándolo, mojándome los pies, descansando…
Camino por la ciudad.
Respiro su vanguardismo, veo sus playas, su día soleado (¿segura que estoy en invierno?), su ropa tendida en los balcones.
Mercado de frutas y de verduras, turistas, locales en su vida diaria, viajeros de todas las edades.
Llego al barrio Gótico.
-Hello, ¿where are you from?
-Hi, I’m from Colombia
-¡Ohh hablas español! Me llamo Jorge
-Me llamo Lina
Dos minutos después empieza a relatarme la historia de la Catedral. Jorge era un hombre de unos treinta años, venía del sur de España y ya llevaba cinco años viviendo en la capital Catalunya. Era uno de esos apasionados por la historia y quien hace propia la cultura de su ciudad anfitriona. Luego de media hora me muestra lugares que no están contemplados en las visitas turísticas.
-Gracias por el Tour
-Con gusto, que tengas un lindo día. Buena Suerte
Sigo caminando…
Gaudí a la izquierda, Gaudí a la derecha, por donde mires se respira su modernismo
Batlló. Sagrada Familia. Montjuic. Parc Güell
Escucho idiomas conocidos, otros no tantos.
Rambla arriba, Rambla abajo
Boqueria a mediodía.
Por momentos me siento en Latinoamérica, otros en Europa y otros en un lugar que sólo dan cabida a la imaginación.
Música en las calles, veo un grupo de personas bailando, empiezo a filmar cuando un hombre de unos 70 años me toma desprevenida y me invita a bailar
-Venga, Venga (estirándome la mano)
-Ayy no gracias (entre risas)
Dos minutos después me arrepiento.
Sigo caminando. Subo al parc Güell. Sentía que mis pies me latían (en sentido figurado ¿no?), mis dedos no podían más, todos agrietados y uno que otro sangrando. Saco las curitas de mi mochila, y bueno no me culpen, soy la hija de una médica y no llevar mi Kit de emergencia siempre conmigo sería….. algo así como “deshonrarla”, además de provocarle uno que otro dolor de cabeza y hasta algún problema de la presión.
Descanso un poco mientras disfruto de una de las mejores vistas de la ciudad.
Salgo del parque cuando empieza a caer la noche. Me pierdo (como cosa rara), pregunto cómo llegar a una estación de metro, me dan las indicaciones en español cuando se dan cuenta que no entiendo el catalán.
-Gracias
Subidas, bajadas, rincones que fotografiar.
Vuelvo y me pierdo –Esto de perderse es tan tú Lina-
Veo rincones bohemios, otros no tanto. Grafitis por todos lados.
Por fin llego.
Intento entender las indicaciones para llegar al aeropuerto y adivinen, me pierdo nuevamente.
Me siento a descansar, hablo con uno que otro marroquí que se sienta a mi lado.
Finalmente llego. Cansada, agotada y todos los sinónimos que se encuentren en el Diccionario de la lengua española.
Mi vuelo parte en cinco horas, me espera una larga noche. En ese momento me hubiera servido leer esos Tips de cómo dormir cómodamente (como si eso fuera posible) en un aeropuerto.
Doy vueltas en la Terminal para escoger la zona más tranquila.
De manta mi abrigo, de almohada mi mochila.
Se me acerca un hombre que me cuenta la situación económica de España, de lo duro que ha sido para el perder su empleo de tantos años y de lo afortunado que se siente de haber encontrado un trabajo en el aeropuerto a sus cincuenta y tantos años.
Horas después la Terminal se va llenando poco a poco de personas que llegan a registrarse. Me levanto, voy al baño, hago mi Check In, me despido de Barcelona.
Fue una ciudad que me sacó miles de sonrisas, en la que me sentí feliz con tan sólo llegar y lo seré nuevamente el día que regrese. La ciudad en la que tal vez algún día me dé un arrebato y se me dé por instalarme ahí.
6 Comments
Me encanta como escribes, es como si me estuvieras al lado mío contándome la historia!
Gracias Angélica! Eso es lo que intento transmitir, me alegra que así lo sientas.
Hola Lina, me encantan tus relatos, ya estuve leyendo varios 🙂 sobretodo de Europa, porque te cuento que planeo ir para alla en marzo. Se que aun falta pero estoy tan entusiasmada que estoy leyendo y buscando info. Como voy sola y es mi primer viaje largo queria consultarte como puedo contactarme con gente alla para que me muestre las ciudades. En tu caso viajando sola usas couchsurfing? o conoces gente alla en el momento? Saludos y felicitaciones por el blog.
Gracias Leti! Espero que sigas disfrutando de los muchos relatos que se vienen. Buen viaje!!
Hola Lina,
hace mucho tiempo que no escribo en mi blog, tanto así que no puedo encontrar cómo lo llamé. La buena noticia de esto es que buscandolo, los resultados me arrojaron a tu blog y no pude evitar escribirte debido a que es admirable cómo le has dado tiempo a este espacio. Me gusta mucho y al parecer el fin que tú tienes es justamente lo que yo busco con el mío. Claro que tu estilo es diferente pero me ha animado a seguir enriqueciendo mi blog para que un día sea tan cool como el tuyo 🙂
Cuando leí sobre ti fue como leerme. Me pasó lo mismo en mi país (México). Llegó un momento en que me di cuenta que estaba olvidando que viajar era mi sueño desde pequeña y que lo estaba dejando en el olvido, en el trabajo, en la rutina. Después decidí emprender el viaje como au pair porque fue lo más fácil. Todo este tiempo he sido pobre pero feliz y llena de viajes; muchos que he querido escribir pero que por una u otra razón siempre los dejo para después.
Te quería compartir esto porque infiero que recibir comentarios de la gente debe ser reconfortante, saber qué piensan y que te dejen el rastro de que pasaron por aquí (no como fantasma).
Ya encontré mi blog… no se lo he pasado a nadie, porque siento que está súper vacío, pero te lo dejaré por si te da curiosidad.
Felicidades por todos tus logros, te deseo que sigas teniendo esa energía para lograr recorrer el mundo por tierra, como te gusta n.n
Saludos
Hola Yaneth! ¡Qué gusto leer este mensaje! Muchas gracias. Si ese es tu deseo, no lo dejes morir. Dale con toda!! 🙂 Envíamelo para echarle un vistazo 🙂 Un abrazo y las mejores vibras.