“Es imposible que vengas a Madrid y no te tomes un día para ir a Toledo” Fue lo que me dijo mi prima seguido por un “José (su novio) y yo te llevaremos el domingo”.
De Toledo no conocía mucho, al decir “no conocía mucho”, me refiero también a que no estaba en mi lista de lugares por conocer y lo poco que había leído aún no me daba para imaginarme este lugar. A veces (por no decir todo el tiempo) nos sucede eso, antes de ir a algún lugar ya nos imaginamos como es, e incluso en muchos casos, ya tenemos en nuestra cabeza las fotos imaginadas y ya sabemos a qué lugares ir porque es mundialmente conocido y simplemente “tienes” que ir y ver ese monumento o visitar esa atracción turística. Pero con Toledo era diferente, es una ciudad visitada por millones de turistas al año y yo ni siquiera estaba enterada del por qué, pasaba desapercibida ante mis ojos, ignoraba su importancia y por supuesto mis mismas ganas de conocerlo todo y la curiosidad por lo desconocido me ganaron, ya tenía deseos de ir.
*Cara de felicidad*
Toledo entra en la historia cuando fue conquistada por los romanos a finales del siglo 2 a.C. A lo largo de toda su extensa historia, ha sido conocida siempre por ser la Ciudad de la Tolerancia o la Ciudad de las Tres Culturas, con la convivencia de judíos, musulmanes y cristianos. En 1085 fue conquistada por Alfonso VI de Castilla y quedó en manos cristianas, fue reconocida capital europea de la cultura gracias a su Escuela de Traductores. Poco a poco fue perdiendo su importancia estratégica y quedó como la capital de la provincia de Toledo y de la comunidad autónoma Castilla – La Mancha. En 1986 fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Ha sido una ciudad de cruce de culturas y razas: romanos, visigodos, musulmanes, judíos, mozárabes y cristianos y cada uno ha dejado su huella reflejada en su arquitectura. Casas encerradas en sus patios, calles estrechas, las casas cuyos tejados casi se tocan, fuentes de agua, las paredes con azulejos, puentes y puertas islámicas y medievales, iglesias, sinagogas, sin duda esta ciudad rodeada por el rio Tajo es un Museo viviente.
Durante todo un día la caminamos, o más bien subimos, ya que es una ciudad que está bastante inclinada y recorrerla pone a prueba tu estado físico.
Siempre lo digo, existen lugares que nos pueden transportar al pasado donde es fácil imaginarse su historia, sus antecedentes, me pasa mucho en Italia, pero con Toledo fue toda una sorpresa, no sabía nada del lugar, nunca busqué fotos antes de ir, fue una cita a ciegas en la que terminó conquistándome.
3 Comments
De Toledo te faltan tus fotografías vestida de caperucita roja, las del parador, las del alcázar, estabas embrujada con el encanto….merece la pena ver tu carita y tus posturas de fotógrafa… Un abrazo
Prometo publicarlas en algún otro artículo 🙂
Abrazos
Estar en Toledo es estar en una ciudad de cuentos, cuando lo conocí pasé todo el día perdiéndome por sus calles y fue genial, tiene muchos rinconcitos para comer super rico, en esa oportunidad me estaba quedando en Madrid y fui solo por un día, me prometí volver pero esta vez buscar un hospedaje allí… Destino 100% recomendado 🙂