Ser madre no debe ser fácil. Ser madre de un viajero debe ser aún más difícil. Saber que tu hijo está por ahí afuera recorriendo el mundo, algunas veces sin saber de su paradero y sintiendo la impotencia de saber que si algo le sucede no tendrás la oportunidad de atenderlo inmediatamente.
Porque mientras el viajero descubre, disfruta, observa y se aventura en nuevos lugares, hay una madre en casa preocupada, adorando a todos los santos conocidos en la iglesia e imaginándose que eres acechado por cocodrilos, bichos raros, anacondas, hombres inhumanos y terroristas en cada punto del planeta.
Hoy quiero dedicarle algunas palabras a ese ser humano tan comprensible y a veces tan incomprendido, tan amado, tan sacrificado por sus hijos. Seres que que te vieron crecer, que te ayudaron a formar raíces traducidas en valores como base de nuestras vidas. Nunca sabremos lo que es ser una madre hasta no estar en su propia piel, pero al menos me hago una idea por los sacrificios y amor que veo en mi abuela y en mi mamá.
¿Qué sentirá una madre cuándo su hijo le dice que desea recorrer el mundo? ¿Que desea llevar una vida diferente o que sueña con ser militar o un escolta? La misma persona que nos enseñó a caminar ahora debe aceptar que queremos alzar vuelo y alejarnos para ver el mundo con nuestros propios ojos, para construir nuestro propio camino. El miedo es normal y siempre estará ahí, pero sé que muchas madres nunca aceptan que sus hijos hayan decidido tomar ese otro camino tan alejado de las riendas de la sociedad…Tan alejado de ellas.
Siempre he tenido la dicha de tener una madre que me ha entendido y apoyado en todas mis decisiones, por más duras y difíciles que éstas sean para ella. A pesar de ello, nunca ha dejado de preocuparse, de llorar, de sentir pavor cuando me desprendo de su lado. Aún recuerdo la primera vez que salí sola del país, la despedida en el aeropuerto fue dolorosa. Me abraza. Me susurra unas palabras al oído. No me quiere soltar. Su bebé se va durante un año. Siente miedo. Me lo transmite. Yo lloro.
La segunda vez fue más llevadera pero no menos difícil para ella. Yo estaba más decidida, ya había vivido sola en el exterior y sabía que no quería regresar hasta vivir mi propia metamorfosis. Lloró, sí. Sintió miedo, también, pero ella en el fondo sabía que yo estaba haciendo lo que me hacía feliz.
Aclaro que ella nunca fue una viajera presencial, sino más bien de esas que conoció y conoce todos los puntos del planeta a través de los renglones escondidos en hojas blancas. Las palabras. Ahora yo soy la que veo el mundo traducido en esas páginas, soy yo la que le transmito mis vivencias y experiencias.
Ahora, soy sus ojos. En cambio su señora madre, alcanzó a ver el mundo en diferentes viajes y los archivó en diferentes cuadernos. Ella, mi abuela, la que me insistió en comprar mi primera agenda de viajes para «atesorar todo lo que viera, oliera y sintiera».
Sé que no todo el mundo corre con esta suerte. Tomar la decisión de viajar y contárselo a la mamá esperando que acepte gustosa sin ninguna oposición, es una afirmación bastante optimista. Algunos, como en mi caso corren suerte, otros tienen que atenerse a los chantajes, a las largas discusiones, a las amenazas de «si te vas no vuelves», a las crisis de pánico y a las extorsiones con lágrimas.
No la culpo, tampoco lo hagas. Tiene miedo, su instinto materno se enciende a mil; su retoño se va, levantará sus alas. Háblale, si sientes que su mirada te va a ganar la batalla, escríbele. Hazle entender tu punto de vista, muéstrale experiencias y escritos de personas que lo están logrando. Convéncela. Al fin y al cabo, ella se dará cuenta que lo terminarás haciendo, que es lo que te hace feliz y ella aceptará. A regañadientes, pero te apoyará.
Ella se adaptará, aprenderá a manejar las redes sociales y la tecnología será su mejor amiga. Mi madre aprendió a utilizar todas las redes sociales desde que emprendí mi primer viaje. En esa época no existía el Whatsapp pero abrió cuenta de Skype y Facebook solo para comunicarse conmigo. Créeme, las mamás se adaptan y hacen lo que sea para estar en contacto con lo que más aman.
Hoy le dedico estas palabras al ser más especial que existe en el planeta. Madre de un viajero, madre que viaja, madre que sueña con viajar…
Madre que se entrega
Que ama
Que sufre
Que llora
Que protege
Que apoya
Que ayuda
Que da aliento
Que tiene paciencia para soportar el paso del tiempo
Que entiende que crecemos y nos convertimos en personas haciendo nuestro propio camino.
Que comprende que eres feliz haciendo lo que amas.
Y tú, ¿Eres madre de un viajero? ¿Eres el hijo mochilero que desea emprender el vuelo? Cuéntame tu experiencia abajo en los comentarios.
19 Comments
Hermoso mensaje a las madres que quedamos con el alma arrugada cuando se alejan nuestros hijos. Un beso Lina.
Muchas gracias!! Besos 🙂
Hola, he apoyado a mi hija en todo lo que a emptendido…No es facil ver que tus hijos levantan vuelo y vuelan sin vos.
Hoy ella se encuentra en Brasil FELIZ de cumplir su sueño, y yo FELIZ de que lo este realizando.
Y es verdad… una madre aprende a manejar la tegnologia con tal de estar rn contacto con su «Bebe», y hasta pierde el miedo de viajat (sola) en avion para pasar el cumpleaños con ella.
No es facil, pero uno aprende a ser Feliz con su Felicidad.
Estoy orgullosa de mi hija!!! Y se que Dios la tiene en sus manos protectoras.
GRACIAS por escribir por y para las madres de viajeros.
SUERTE
Hola Sonia… No, no es fácil verlos partir. A mi mamá le sigue dando duro pero ella es feliz sabiendo que yo también lo soy. Que lindo que hayas superado tu miedo a viajar sola para verla.. De los hijos también se aprende 🙂 Un abrazo y gracias por tus palabras.
Gracias a vos, por darnos la oportunidad de decir lo que sentimos, pensamos ante la desicion de nuestros hijo, un abrazo bien fuerte a tu mami, que se lo que debe sentir al estar lejos de su hija AMADA. Y a vos bonita, segui soñando, conociendo y disfrutando lo que la vida te va dando y vos decidiste tomar. Gracias por dejarme expresar por este medio .abrazos y besos a las madres de viajeros y a esos valientes que un dia decidieron levantar vuelo
Abrazos Sonia!! 🙂 <3
🙂 🙂 <3 Abrazos
Apoyo a mi hija en este vuelo , pero duele no sentir sus besos , pero es feliz .
Te entiendo Silvia, sabes que ella está haciendo lo que más la hace feliz. Gracias por tu comentario, un abrazo.
Soy viajera y ahora madre!! se lo dificil que sera cuando mi hijo quiera salir a recorrer el mundo, porque sin duda alguna cuento mis experiencia y se que él ira a descubrir esos lugares de los cuales le hablo con tanto cariño, pero ira tras sus propias experiencias. Sera dificil verlo partir, pero a la vez sera un momento de felicidad porque con él seguira viajando ese deseo mio de descubrir nuevos lugares <3
Debe ser muy difícil ver al hijo partir, pero sé que estarás feliz porque ahora es él quien traza su propio camino y crea sus propias experiencias. No queda más que desearle lo mejor y apoyarlo. Después de todo, él es feliz haciendo lo que hace 🙂
Un abrazo para ti Andrea!
Hola! es muy bonito todo lo que dices y muy cierto pues yo también tengo una hija viajera y sentía lo mismo ,el primer año fue duro muy duro el segundo ya se lleva más llevadero al final acabas acostumbrandote y yo le aconsejo a todas las madres que dejes a sus hijos al fin y al cabo es lo que a ellos quieren y lo que les hace feliz un beso para todas.
Estoy de acuerdo contigo Maria, por más difícil que sea, es el sueño de ellos y son felices haciendolo realidad. Un abrazo
Hola, apoyo a mi hija en todo, pero ruego a Dios a cada momento que la proteja de personas mal intencionados y que pronto quiera volver.un abrazo, Lidia
Hola Lidia, seguro que ella va siempre protegida <3 gracias por pasar y comentar. Un abrazo
Muy lindas palabras Lina :’)
Gracias Marion 🙂
Hola a todos, en mi caso soy yo quien quiere viajar!! estoy esperando que mi hija menor cumpla la mayoría de edad para arrancar con ella y si su decisión es no seguirme pues… lo lamento mucho y tú te lo pierdes… el mundo me espera
A por ello! Feliz viaje Patricia.