La Serranía de la Macuira está consagrada como un Parque Natural Nacional de Colombia y es el único lugar del mundo con bosques de niebla en medio del desierto. Desconocía su existencia hasta hace menos de un año y tampoco sabía si podía incluir este destino dentro de mi viaje por Colombia, ya que se encuentra en medio del desierto en el extremo nororiental del país y su acceso no es tan fácil.
Junto con otros dos blogeros, fuimos invitados por la agencia History Travelers para hacer varios videos y promocionar el destino internacionalmente. Cuando supe que dentro del recorrido de la Alta Guajira se encontraba la Serranía de la Macuira, confieso que me emocioné como niña chiquita.
Salimos desde el Cabo de la Vela en un carro de doble tracción. No hay otro tipo de vehículos para estos lados del mundo ya que es indispensable que atraviesen desiertos y arenales hondos. Vehículos de doble tracción y mucha paciencia para aguantar uno que otro golpe por el balanceo inevitable del automóvil.
Desde el Cabo, poco a poco el paisaje se va tornando más desértico. Vamos atravesando tramos de aridez total, pedregales, zonas de cactus, desolación. Veo a una indígena Wayúu en su burro y cubriéndose la cabeza con una pañoleta. El sol parece derretirse. Afuera el calor es sofocante. Adentro nos movemos de un lado a otro cada cuanto. El paisaje es único. Todos los rincones son iguales pero ninguno se parece a otro.
No recuerdo cuántas horas pasaron cuando llegamos al corregimiento de Nazareth, al pie de la Macuira. Ahí almorzamos mientras esperábamos a nuestro guía para adentrarnos al parque.
Ricardo, nuestro guía Wayúu conoce muy bien la zona. Él, al igual que muchos otros de la comunidad indígena habita esta zona desde los tiempos ancestrales. Es por esto, que la Macuira es también un resguardo del pueblo Wayúu. A medida que nos adentrábamos, Ricardo nos explicaba la importancia de algunas plantas medicinales y nos relataba historias cosmogónicas de la comunidad como el mito de Wolunka, la mujer con la vagina dentada.
El viento intermitente también nos guiaba. Caminábamos entre árboles, matorrales, cruzábamos arroyos y arenales. Pasábamos junto a árboles que a juzgar por su tamaño, llevaban siglos aquí. Escuchábamos el sonido de aves y otros animales. Chivos pastaban. Niños nos sonreían cuando pasábamos por su lado. El camino es un marco de paisaje que reúne todos los atributos de la belleza y de la excelsitud.
Después de una hora de caminata. Llegamos.
Ahí la vi.
Una montaña que es un oasis y un oasis que es serranía en donde se condensa el agua y crea un ecosistema único en verdor y biodiversidad. Es un espectáculo de la naturaleza.
Estaba de pie en medio de un desierto, rodeada de árboles y vegetación. Es la única elevación montañosa que existe en medio del desierto de la Alta Guajira. Un fenómeno de la naturaleza que solo se da aquí y por eso me sentí muy agradecida por estar en ese momento, disfrutándolo.
Te invito a ver este video para conocer mejor la serranía de la Macuira
Seguimos ruta hacia el norte. Desde que inicié este viaje me propuse unir Sudamérica por tierra desde su punto más septentrional hasta el más austral. Falta poco para hacerse realidad y llegar al primero.
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