Cuando se vive viajando, es imposible no imprimirle nuestra mirada a todo lo que nos rodea. Cada vez que llego a un lugar por primera vez, siento que éste me llena de una u otra forma. A veces es la gente, el paisaje, la comida, los olores e incluso las mismas sensaciones que se van creando en mi.
Cuando llegué a Popayán por primera vez, no tenía ni pista de lo que era la ciudad, ni de su historia. No estaba planeado en mi ruta y fue de un día para otro que encontré quien me alojara gracias a la red de Couchsurfing (Aquí explico qué es).
Han pasado ya casi dos meses desde que fui (viajando se me hace muy difícil actualizar el blog según la ruta) y hoy, cuando quise escribir sobre la ciudad, miro mi agenda de viajes y sólo veo palabras. Así, sin ningún orden específico ni una explicación razonable.
PAULO: Nombre que fonéticamente me suena a «Pablo». Ahora, es el nombre del chico que me hospedó en Popayán y que se conocía la historia de la ciudad a la perfección. El primer día salimos a caminar y sin dudarlo, se detenía en cualquier puesto de comida para hacerme probar algún dulce o plato típico.
LA GASTRONOMÍA PAYANESA: «Para probar la gastronomía de Popayán no se necesita dinero sino tiempo», garabatée en mi cuaderno de viajes.
No en vano en el 2005 la Unesco puso sus ojos en Popayán y la designó Primera Ciudad de la Gastronomía gracias a su oferta alimenticia.
PIPIAN: Es un puré a base de papa colorada, maní tostado y molido, condimentado con ajo, cebolla, tomate, achiote, comino, sal y pimienta. Se utiliza para rellenar empanadas y tamales, conocidos como empanadas y tamales de pipián.
Las empanadas las acompañaba con ají de maní
CARANTANTA: «Masa de maíz que se pone sobre una paila de barro al horno», escribí en mi cuaderno. Plato a base de hojaldras de maíz salado, acompañado con hogao (salsa condimentada con ajo, cebolla, tomate y sal) y que se come como pasabocas en pequeños paquetes.
SALPICÓN DE FRUTAS CAUCANO: Fuera de Colombia generalmente es un plato hecho de diferentes carnes picadas. En Colombia es una bebida con frutas picadas, catalogada como postre. En Popayán es una receta que ha pasado de generación en generación. Contiene mora, lulo, guanábana y azúcar, y es uno de los tesoros gastronómicos de la ciudad.
EDUARDO SANTOS: Nombre de un ex presidente de Colombia. En Popayán también hace parte de la gastronomía. Paulo me contó que el presidente visitó Popayán y en medio de una elegante cena, los anfitriones se dieron cuenta que no había postre. Rápidamente las empleadas improvisaron mezclando varios ingredientes entre ellos frutas tropicales, crema de leche, nueces y leche condensada. Hoy en día, esta improvisación es un famoso postre de la gastronomía payanesa.
LA CIUDAD BLANCA: Blanco. Color acromático de claridad máxima. Es el color que impera en el centro colonial de Popayán. Caminar por su casco antiguo tiene un encanto indescriptible que me hacía desear quedarme durante más tiempo.
NIGUAS Y PATOJOS: El primero es un tipo de ácaro rojo que en estado larvario pueden adherirse a la piel de personas. El segundo es un término utilizado para denominar a aquellas personas que caminan moviendo el cuerpo a un lado y a otro por tener los pies torcidos o algún defecto en la pierna.
En Popayán, el uno está relacionado con el otro.
Los nacidos en Popayán tienen como gentilicio payaneses o patojos. Debido a que en épocas pasadas, la gente caminaba descalza en su mayoría y la nigua penetraba en los pies y hacía que estos habitantes caminaran cojos.
MORRO: Peñasco o monte pequeño. En Popayán es una pirámide truncada construida entre 500 y 1.600 a.C por los indigenas Pubens. Hoy en día se aprecia la estatua de Sebastián de Belalcázar, fundador de la ciudad.
GUILLERMO VALENCIA: Fue un poeta y político colombiano. El nombre del aeropuerto, un museo y el Teatro Municipal llevan el mismo nombre en su honor. Ese mismo teatro al que pude entrar y subir hasta la terraza (normalmente cerrada al público) porque Paulo (que para mí suena como Pablo), conocía a alguien que nos permitió entrar. Aunque la vista desde allá arriba vale la pena, para mí lo mejor fueron las estatuas de las diosas griegas que decoran y embellecen la terraza.
REPOLLITAS, CABEZA DE CERDO Y APLANCHADOS: Más y más comida. Es imposible visitar Popayán y no deleitarse con su gastronomía. Los nombrados anteriormente, son dulces típicos de la cudad. Yo probé los de Josefina Muñoz, más conocida como Doña Chepa, una mujer de 90 años que ha dedicado toda su vida a hacer productos de traidición.
CUSTODIA Y HUMILLADERO: De ahora en adelante, al escuchar estas palabras pensaré en puentes más que en otra cosa. Uno de los primeros referentes de Popayán es la visita a estos dos emblemáticos puentes llenos de historias y de mitos. Lugares a los que algún día regresaré.
Y he aquí mi diccionario subjetivo de Popayán, una ciudad que te envuelve en una sensación de tranquilidad y que te hará querer regresar.