Brindo por lo que fue y por lo que será

Para los amantes de los números, podría decirles que en 365 días de vida de este blog de viajes, recorrí más de 10.000 kilómetros y visité más de 100 ciudades diferentes. Viví en Francia 185 días en 4 ciudades diferentes y en Ginebra, Suiza 90 días. Aprendí un nuevo idioma, me enfermé en 5 países diferentes y utilicé mi seguro de viajes dos o tres veces.

Podría seguir haciendo cuentas y sacando conclusiones a través de las cifras, pero no puedo. Nunca he sido amante de los números y nunca saqué la cuenta de muchas situaciones. No sé cuántas fotos tomé en el camino, ni cuántas palabras he tecleado en este computador que adquirí hace apenas un año, ni cuántas personas  he conocido en la ruta, ni  en cuántos trenes, aviones, barcos y autos he viajado, ni en cuántas camas diferentes he dormido. Para mí, ha sido diferente.

Empecé a viajar en el 2013, – O más bien en el 2011 cuando me fui a estudiar inglés a Nueva York durante un año-, pero no fue hasta el 2015 que abrí un blog de viajes. Recuerdo cuando hice pública la noticia en redes sociales que me iba a dar la vuelta al mundo, la mayoría pensaba que estaba traficando no sé qué y muchos se preguntaban cómo carajos conseguía las visas.  Así que para poder demostrarle a mis amigos y a otro grupo de colombianos, que no era millonaria, que no estaba en Europa de ilegal y que no tenía intenciones de regresar en poco tiempo, empecé a escribir todo lo que vivía y aprendía en el camino.

No puedo decir los números ni cifras exactas de estos años viajando, pero sí puedo decir muchas cosas que pasaron desde que decidí abrir una puerta de mi vida para relatar mi experiencias en este blog y hoy, que cumplo mi primer año haciéndolo, brindo por lo que fue y lo que vendrá.

Brindo porque…

Cumplí mi sueño de vivir en una isla en medio del Mediterráneo

Pude ahorrar y comprarme la cámara fotográfica que nunca había tenido. Aquella que me faltó en países como Bélgica, y algunas ciudades de Italia y Francia, de las cuales solo conservo recuerdos en mi memoria.

Por primera vez celebré un cumpleaños haciendo lo que de verdad quería hacer. Viajando.

A Francia le dediqué más de 12 meses, aprendí el idioma y me dí cuenta de que París no era la ciudad de mis sueños como antes pensaba.

Visité por primera vez un país musulmán  y  estuve dos meses porque me enamoré de éste

Quería cumplir mi sueño de ver las auroras boreales a toda costa, pero no tenía dinero suficiente para pagar un tour, así que tomé fuerzas, respiré hondo y emprendí el viaje más significativo de mi vida.

Durante varias semanas subí hacia el Círculo Polar Ártico, sola, con poco dinero y en temperaturas bajo cero..

Finalmente las vi, ahí estaban como serpientes de colores bailando en el cielo. El momento donde una lágrima y una sonrisa se fusionan para crear el momento más memorable de tu vida.

A partir de ese instante, pasó lo que nunca se me hubiera pasado por la cabeza. Cientos de mensajes de nuevos lectores, agradeciéndome por inspirarlos a cumplir sus sueños.

Estos y muchos otros mensajes,  me dieron un empujoncito a mí, para seguir haciendo lo que me apasionaba y fuerzas para continuar el trayecto. ¡Gracias!

Regresé a mi país por cuestiones de visa, pero me di cuenta que no conocía nada. Me di cuenta que ya todo había cambiado. Que algunas personas se habían ido para siempre y empecé a notar más su partida, que las personas se acostumbran a tu ausencia y que tu vida, así como la de ellos,debe seguir adelante en rumbos distintos. Que no quieres regresar por ahora a Europa porque tienes ganas de conocer tu propio país y después Sudamérica. Que antes de volver a partir, debes terminar ese Taller de Escritura que te ganaste y empezar ese proyecto que da vueltas en tu cabeza desde antes de empezar este blog de viajes.

Que esto apenas empieza.

Ahora (para volver a los números) tengo dos pasaportes con sellos que jamás pensé conseguir, pero para mí, es mucho más que eso. Hoy brindo por el primer año de vida de patoneando, brindo por muchos viajes más, brindo por las personas que fueron parte de mi vida, que me ayudaron en el camino y que hoy se encuentran a miles de kilómetros de aquí. Brindo por todos los kilómetros recorridos, por todos los viajes, por todas las lágrimas, las sonrisas, el frío, el calor y todo lo soportado. Brindo por seguir inspirando a muchas personas más y por que ustedes me sigan inspirando y alentando para seguir esta vida itineraria que apenas comienza. Brindo por lo que fue y por lo que será.