Ya había leído mucho antes sobre Pamukkale, de seguro tu también o al menos has visto una y mil veces las fotos del «castillo de algodón» pero cada viaje es diferente, cada experiencia es irrepetible, cada persona lo vive de manera distinta y éstas no se pueden repetir, ni siquiera regresando dos veces al mismo lugar; por eso me permito y me tomo el privilegio no solo de contarte lo que es Pamukkale sino también la historia detrás de bambalinas, porque en este artículo no quiero solo hablarte de lo lindo del lugar ni de si vale la pena o no ir -eso ya depende de cada uno-, sino el detrás de cámaras de este viaje junto con la historia de su respectivo personaje.
-Ahora sí, ¿Te vienes conmigo?
Después de estar atrapada por más de 10 días en Capadocia (Haz clic acá y conocerás la historia) decidí finalmente partir y despedirme de las personas que durante más de una semana me hospedaron -por no decir me acogieron-. Compré el pasaje en bus hacia la ciudad de Denizli pero le dije al conductor que iba a Pamukkale, sin tener ni idea de que me tenía que bajar directamente en la estación de bus en Denizli y no en medio de la carretera a las seis de la mañana en Pamukkale -ayy Lina, como te gusta llegar a lugares desconocidos bajo la luz de la luna-.
Hago pausa e interrumpo la historia para contarte qué es y por qué decidí ir a este sitio, uno de los más visitados de Turquía. Pamukkale es una enorme formación calcárea. Hace muchos años, aparecieron las primeras fuentes termales que manan agua rica en creta, calcio y bicarbonato. Al pasar los siglos, la decantación del mineral blanco creta fue conformando este tipo de montaña blanca y piscinas naturales que vista de lejos parece estar formada por espuma o como su nombre en turco lo indica «castillo de algodón».
Al principio del siglo XX las hordas de turistas llegaron y con ellos la construcción de hoteles al lado del paradisíaco lugar. Las construcciones contaminaron el agua y desecaron muchas de las pozas acabando con la blancura del lugar. Afortunadamente el gobierno tomó cartas en el asunto a tiempo, demolieron los hoteles y empezaron la reconstrucción para devolver al lugar su belleza natural. Hoy en día se pueden ver muchas pozas sin agua. Durante años observé fotos del lugar y siempre quise venir para sentir con mis propias manos la sensación que produce tocar estas «montañas de algodón». Además, siempre leía comentarios que no valía la pena venir, que el lugar estaba muy contaminado de turistas y que la mayor parte de las pozas estaban desecas. Así que para armar tu propia opinión, nada mejor que vivirlo en carne propia.
Ahora si, continuemos con la historia….
Al bajar del bus estaban varios conductores con sus respectivos afiches marcados con los nombres de las personas que ya habían reservado antes y por supuesto, la señorita Lina, como para variar, no tenía nada reservado y de ñapa no sabía exactamente en que coordenada del planeta se encontraba.
-Do you speak English? Pregunto a uno de los conductores
-yes, yes
-Le explico que no tengo nada reservado y que no sabía que hacer
-Yes, yes ….. Ok, no me entendió nada
-Pamukkale
-Here, here, free, free
No creo mucho en las cosas gratis pero siendo las únicas palabras que me decía en inglés no tenía más opción que encaramarme (dícese del verbo subirse) al bus junto con una familia asiática.
A los 15 minutos llegamos directamente a una agencia de viaje y nos recibe un hombre que directamente nos empieza a vender un paquete con guía turístico -Me dejé embaucar ¡Bravo Lina!-.
Inmediatamente le digo que no me gustan los grupos con guía, que prefiero viajar de manera independiente, a lo que le sigue un intento de venderme un pasaje de bus a Izmir, mi siguiente destino -¡No he llegado y ya quiere que me vaya!-. Le dije que no sabía cuando me iba, que todo organizado, tan estricto, no es lo mío. No me gusta sentirme presionada por el tiempo, por algo nunca llevo reloj.
Cuando la familia asiática se marchó al hotel, le pregunto la hora de apertura de Pamukkale. ¿8 de la mañana? Pero son las seis, ¿Qué haré durante dos horas cuando todo está cerrado y a la luz de las tinieblas? (ya me puse terrorífica). El hombre me pregunta por mi nacionalidad y al responderle, con los ojos bien abiertos me dice que le caen muy bien los latinos, «I really like them».
Me ofreció «Chai» el té turco y empezamos o más bien él empezó a hablar. De esas conversaciones que al principio quieres forzar para que se den y de repente te llega a interesar tanto la historia y el personaje detrás de ésta, que sigues escuchando atentamente. Después de un cuarto de hora, dejó de ser «el hombre» y pasó a ser Seyhan, de unos 37 años de edad y rasgos que no niegan su descendencia turca.
Resulta, pasa y acontece que hace más de un año, Seyhan sufrió un accidente automovilístico y perdió la movilidad de su pierna derecha. Vendió su empresa a la que le había dedicado toda su vida y empezó a «trabajar» en la agencia de viajes de uno de sus amigos. Cuando escribo trabajar entre comillas es porque Seyhan no recibe un salario de lo que hace, tampoco tiene un horario fijo pero siempre lo puedes encontrar en la oficina. Él, mi personaje de mi historia no ficticia, trabaja gratis, no le importa el dinero, le dejó de importar cuando supo que no podía mover más su pierna. -El hombre que se pasó el semáforo en rojo no me puede devolver la pierna, el dinero tampoco-.
Conversamos durante horas, después de unos no sé cuántos tés, ya sabía la mitad de la historia de su vida. Sabía que no le importa el dinero, al menos no tener de sobra sino lo justo y necesario para vivir; ya no vive de lujos, vendió sus carros y tiene dos casas en Capadocia, una para su mamá y la otra exclusivamente para sus «guests» (invitados), refiriéndose a viajeros de todo el planeta que acoge sin ningún interés económico en su casa. Porque para él los turistas dejaron de ser blanco fácil y prefiere seguir en ésto por el hecho de ayudar, no por dinero sino por pasión. Vive de sus ahorros y no tiene miedo de que éstos se acaben, pues en su filosofía de vida está seguro de que recibirá todo lo bueno que ha dado y toda la ayuda que ha ofrecido, -Si yo te ayudo, alguien más me ayudará en el futuro-.
Este personaje, es lo que me mantiene intacta mis ganas de viajar sola -Ya lo he dicho antes, nunca estoy sola, siempre termino acompañada-. Son las personas que conoces en el camino las que hacen tu viaje, las historias que rara vez escuchas teniendo la misma rutina, porque créeme, este tipo de historias no le interesan a ningún periódico o noticiero, ¿Para qué? No se venderían.
Después de más de dos horas de conversación, me mostró vídeos de la zona, me explicó todo lo que debía saber sobre el lugar, me dio tips y me regaló el boleto para ir a la estación de bus (cuando me quisiera ir).
Decidí entrar temprano, al momento de la apertura para tener el lugar casi que para mi sola. Me quito los zapatos, los meto en una bolsa plástica dentro de mi mochila de mano y empiezo a caminar. Si pudiera inventar una máquina que me permitiera describir sensaciones y que pudieras sentirlas, lo haría. Nunca antes había caminado en un lugar parecido, frío y a la vez tibio, suave y a la vez rocoso y aveces algo baboso. Ya sé, no me pongo de acuerdo, pero es imposible, es una sensación que se debe sentir, así como muchas veces hay sabores que se deben probar. El recorrido lo hago lento, a mi ritmo, tocando todo y metiendo mis pies en el agua, aprovechando que aún no hay turistas. Una hora después el lugar está abarrotado, así que decido salir, zapatos a sus puestos y empiezo a caminar por el lugar. En lo más alto de Pamukkale se erigió una ciudad, Hiérapolis, una urbe típicamente romana y destruida completamente por un terremoto en 1354. Me siento en el teatro durante minutos u horas, como lo dije no llevo reloj, y fue ahí donde escribí la mitad de este artículo.
Horas después de haber recorrido el sitio, regreso a la agencia para despedirme de él y me encuentro con la sorpresa que está con grupo de jóvenes asiáticos invitándolos a Karahayit, en palabras más palabras menos, es el Pamukkale de los locales, donde no van los turistas y los pocos que van pagan dinero de más para llegar al lugar. Fuimos todos juntos y los únicos extranjeros éramos nosotros, las mujeres que se encontraban charlando y con los pies en el agua (a la cual le atribuyen poderes curativos), no dejaban de mirarnos con curiosidad y una que otra sonrisa tímida. Nos quitamos los zapatos y ¡Patos al agua! que experiencia única e irrepetible.
En realidad no me equivoqué al bajarme en medio de la carretera en vez de ir a Denizli, la realidad es que debía bajarme ahí para conocer su historia, vivir esta experiencia y tener algo diferente que contar, además de tener el mejor guía turístico.
♦Para caminar por los pozos de agua debes quitarte los zapatos, te recomiendo llevar una bolsa plástica. Puede que suene tonto pero no es nada agradable caminar durante horas con los zapatos en las manos.
♦Si quieres disfrutar de un instante tranquilo, sin las hordas de turistas, llega a las 8AM, el momento de la entrada. Al menos durante una hora tendrás el lugar casi que exclusivo para tí.
PARA LLEGAR:
Puedes llegar en avión directamente a Denizli desde Estambul o tomar un bus hacia el mismo destino. Yo tomé un bus nocturno desde Nevsehir (en Capadocia) y pagué 55 TYL ( 17 € ) el trayecto tarda entre 10 a 11 horas. Alguna de las empresas son Metro y Kamilkoc.
Desde Izmir también existen muchas opciones de diferentes empresas de bus entre 25-30 TYL
*Precios 2015
¿Y tu, alguna vez has estado en Pamukkale? O ¿Has conocido a algún personaje con alguna historia similar?
12 Comments
Un super artículo Linaaaaa!!! Y concuerdo contigo algunas veces no es que hayas tomado el camino equivocado.. es que tenías que pasar por esa situación o conocer a ciertas personas por alguna razón..!! ♡♡ Saludos hermosa.
Gracias Mary! Así es, esas pequeñas situaciones inesperadas que le dan sentido a lo que estás haciendo, sea cual sea la situación. Un abrazote!
¿Y por qué apenas leo este maravilloso artículo!? Me encantó!!!
Nunca es demasiado tarde Dur!! 🙂 Me alegra
Hola lina pienso viajar a Turquia sola ,en agosto y me gustaria ir a pummakale quisiera saber mas si te quedaste ahi en esa cuidad y el nombre de tu guia turistico y donde lo encuentro,gracias porque estoy tu blog y me estas dando datos precisos para llegar a Turquia, pero quisiera saber mas de pummakale y si vale la pena quedarse o no.
Hola Jessica! No tengo el nombre de la agencia desafortunadamente. Pero en esa ciudad hay muchos hostalesy puedes hacer Couchsurfing también. Si vas, creo que una noche dos días estará bien.
HOLA !! CON GUSTO DE LEERTE Y FELIZ PORQUE VOY A EN 22 DIAS A TURQUIA, DIME UNA COSA OSEA QUE NECESITO MUCHO DINERO PARA LOS TOURS BASICOS, COMO EL DEL GLOBO INPERDIBLE, PERO DIME CUAL OTRO DE VERDAD VALE LA PENA, ME DEDICO AL TURISMO Y SE QUE ALGUNAS VECES TE VENDEN COSAS QUE NO VALEN LA PENA Y QUIERO SABER TU OPINION, A MI ME GUSTA VIVIR LOS DESTINOS COMO LOCAL, PERO HAY COSAS QUE SE TIENEN QUE VER EN UN PRIMER VIAJE.
SALUDOS.
Hola Erica! Además del paseo en globo te diría que conocer alrededor de la zona pero si aprendes a moverte en bus urbano o alquilas un auto lo puedes hacer por tu cuenta. Si deseas aprender sobre la historia de algunos lugares, entonces podrías pagar un guía o buscar algún local que te enseñe. Saludos!
Llegué a tu blog buscando info sobre autostop en TQ, quiero irme en septiembre, antes de empezar con la working holiday Dinamarca… me encantó leerte! Sobretodo por romper con la idea de que es peligroso viajar siendo mujer! Me encanta viajar perdiendome y tener una mínima idea de donde ir pero dejarme llevar por las sorpresas del camino… me gustó que tu onda sea similar!
Saludos desde Argentina!
Hola Charlie! Gracias por visitar el blog y tomarte el tiempo de escribirme. Si, me encanta viajar así, estamos en el mismo club 🙂 jaja Un abrazo grande !!
Hola Lina!
Tu Blog me ha sido muy útil, sin embargo tengo algunas dudas que espero puedan ser resueltas.
Necesito ir de Capadocia a Pamukkale, y según lo que leí en tu blog puedo coger un bus en Nevsehir hasta Denizli y nos das dos empresas que pueden ofrecer el transporte, mi pregunta es: debo comprar ese tiquete de bus con antelación por internet o puedo comprarlo directamente allá (teniendo en cuenta que voy en temporada alta)? y tengo entendido que de Denizli debo tomar otro bus que nos lleve hasta pamukkale, también es necesario comprar tiquete con antelación ?
Gracias!
Hola Karem, gracias por visitar el blog! Yo los compré directamente en las terminales de buses de cada ciudad. Si vas en temporada alta puedes ver en la página web de dichas empresas para ver los horarios. En caso d que sea posible comprarlo por Internet, te recomiendo hacerlo si sabes las fechas y hora precisa de tu viaje, para asegurar tu pasaje.